06 abril, 2008

Machuca en blanco y negro


El mundo pareciera estar dividido en dos grandes bandos: los que tiene y los que no, donde “nunca juntarse” juega a ser la regla de oro. Machuca, película de Andrés Wood, parte de este pequeño esquema dibujado en un país, en una ciudad, en un colegio privado llamado Saint Patrick, en Santiago de Chile, en 1973 – época de convulsión social (gobierno de Allende)-. Machuca es a la vez el apellido de Pedro, niño humilde y amigo de Gonzalo Infante…niño rico.

La dualidad simbólica es clara: dos bandos huelguistas; dos colores en un mismo colegio(los indios y los gringos); dos poblaciones divididas, no solamente por un río, y en cada una sus opresores y oprimidos, respectivamente; además, la dualidad simbólica recae en la desobediencia como justa oposición, es decir, la desobediencia política (padre Mc Enroe) y la desobediencia social (Pedro y Gonzalo).

El padre Mc Enroe, director del colegio privado, se opone a la jerarquización social con su proyecto de unión entre niños ricos y pobres a través del estudio y el trabajo; entonces, consigue becas para niños pobres (entre ellos, Pedro), cosa no bien vista por algunos padres de familia y que, con el tiempo, la fuerza de la dictadura militar se encargaría de dar fin. Quizá por ello, Machuca sea más que una buena película: es un libro sociológico que provoca leer, sin apologías a los sistemas, como otras tantas. Para ello, Wood evoca diversas vivencias con el fin de dar vida a la película y a la vez dar lecciones didácticas, libres de moralina, como la reunión de padres en el colegio, la oscura relación amorosa de la mamá de Gonzalo, las peleas colegiales, los primeros besos, el inicio de una vida amorosa, la amistad de Pedro y Gonzalo como oposición a las normas sociales y su posible fin a causa de la represión militar vista en el asentamiento humano de Pedro, a través de los ojos de Gonzalo.

Así, la desobediencia civil del padre Mc. Enroe, Pedro y Gonzalo, calla frente a la represión militar y toma un color de monótona derrota y de tranquilo pesimismo de no saber nunca que pasa con el resto de personas.




El duque Nuez

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