07 abril, 2008

Creatividad en la voz de protesta



Inconformismo, malestar social, desavenencia: muchas son las razones por las cuales uno puede alzar su voz en protesta. Huelgas, movilizaciones, performance: grande es la creatividad humana a la hora de hacer notar la diferencia. En el Perú, mientras peor nos trate la vida, con mayor gusto se aprecia el nacimiento de pequeñas expresiones rebeldes que invitan a abrir los ojos a lo que no se quiere o puede decir.

I

En los años 80’s las constantes arremetidas de los grupos subversivos, contextualizados en una realidad que no dista mucho de la actual, nos fueron envolviendo en una oscuridad producida no sólo por los estallidos de torres eléctricas, sino también, y mucho más importante, por el miedo y la desinformación. Ante esto, se recuerda con mucho cariño el performance de Jaime Higa que, vestido y maquillado de blanco, emula un sangriento suicidio en las instalaciones de la galería de la Escuela de Arte de la Universidad de San Marcos. Él es el Perú, y su blanco cuerpo se va contaminando con la sangre que lo inunda, recordándonos la agria esencia de nuestros colores patrios. Fue sólo un momento y marcó, pues lo efímero y representativo te invita a reflexionar a través del accionismo del cuerpo.

II

Para finales de los 90’s otro era el actor clave que nos envolvía en el oscurantismo. Fujimori anunciaba libremente sus intenciones reeleccionistas, y para ello no escatimaba en cuanto personalidad pública tenga que destituir para alcanzar nuevamente la presidencia. Esta fue, para muchos, la envestida que forjó un cambio en la actitud pasiva de la población. A partir de este momento, artistas, intelectuales, profesionales, estudiantes, y cuanta persona se quisiera afiliar, se levantaron para conducir su malestar por la dictadura vigente hacia la conciencia crítica de toda la población.

En el año 2000, en reconocimiento al Colectivo Sociedad Civil que representaba a este sector de la población disconforme con el régimen fujimorista, la revista Caretas anunciaba en una de sus páginas: “Ha quedado demostrada no sólo la eficacia de la lucha sostenida y honesta, sino que ésta no tiene por qué estar reñida con la creatividad, el humor y la celebración. Porque de eso se trata. De festejar la proeza humana, los ideales ciertos, la valentía en el momento indicado, y -por qué no- el aguante de ciertas especies al despropósito humano.”

El Colectivo Sociedad Civil comenzó expresándose en contra de las elecciones del 9 de abril con un ataúd en frente de la ONPE dando de muerta a la democracia. Los siguientes actos públicos se reiteraban cada semana: “Lava la Bandera” y el “Pon la basura en su Lugar” contagiaron con su higiene cívica a toda la conciencia peruana.

Estos son sólo dos modelos de lucha que aportaron con su creatividad al cambio en la sociedad. Dos modelos que no se debería olvidar en momentos en que la protesta es criminalizada, y el pensar distinto es sinónimo de terrorismo. En momentos en que la única forma de darle la vuelta al sistema oficial es la creatividad.


Evolet

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